Por casualidad encontré en el diario Metro del pasado jueves 9 de marzo, perdida por la tercera página, la noticia de que el pastelito rosa mutante de la pantera rosa (mítico) cumplía 40 años (otra cosa a sumar a las entradas de este blog con referencias al año 1966). Me pregunto si en los inicios el rosa era igual de mutante que décadas más tarde...(quizás fuera demasiado agresivo para aquellos tiempos) y estoy segura que el packaging tenía más encanto que los últimos, con una pantera rosa con walkman y auriculares. Rosa chicle chillón que reclama todas las miradas. A partir de los años 80 ya empezamos a estar más curados de espanto por las cuestiones cromáticas de los alimentos y además eran los tiempos del auge del horterismo, pero en los años 60 y 70? Pues bien, como una servidora, el pastelito en cuestión nació en Granollers (qué honor!...tendría que ser un hijo predilecto de la ciudad/pueblo ya...pero ya y los lugareños tendríamos que decir...soy del mismo lugar que el mítico pastelito casi-radioactivo...corriendo el riesgo de ser mirados de manera extraña)...y los nacidos en el 66, lo mismo..."nací el mismo año que el pastelito pantera rosa" ...dándose la ventaja de parecer más jóvenes pues no es fácil creer que tal "manjar" haya cumplido 40 años.
En los últimos años siempre pensé que había dejado de existir tal creación “gastronómica”, pero hasta que hace mucho, unos pastelitos de la pantera rosa me guiñaron un ojo desde su estante (era un caprabo y hacía sol). Pensaba que habían desaparecido como los dibujos animados de la pantera rosa de los domingos por la tarde, hace bastantes años. El reencuentro. Fíjate!..aún los venden! Pero ya queda poco de aquella cultura de los pastelitos que eran intrusos en dietas sanas...de la que viví, al menos, a mediados-finales de los 80. Pastelitos para casi todas las series de dibujos, con cromos y otras pijadas, como las manos pegajosas de los phoskitos (aquellas manos de colores que se quedaban adheridas sobre todo a los cristales)...pijadas que se acumulaban con las que regalaban con los packs de yogures, por no hablar de los huevos de chocolate kinder y los que eran imitaciones..ah! y las calcomanías de los diminutos que recuerdo de algunos chicles...Y con cuatro cromos y cuatro tonterías ya nos entreteníamos ... y con el color rosa del pastelito de la pantera rosa, ya nos emocionábamos.
En los últimos años siempre pensé que había dejado de existir tal creación “gastronómica”, pero hasta que hace mucho, unos pastelitos de la pantera rosa me guiñaron un ojo desde su estante (era un caprabo y hacía sol). Pensaba que habían desaparecido como los dibujos animados de la pantera rosa de los domingos por la tarde, hace bastantes años. El reencuentro. Fíjate!..aún los venden! Pero ya queda poco de aquella cultura de los pastelitos que eran intrusos en dietas sanas...de la que viví, al menos, a mediados-finales de los 80. Pastelitos para casi todas las series de dibujos, con cromos y otras pijadas, como las manos pegajosas de los phoskitos (aquellas manos de colores que se quedaban adheridas sobre todo a los cristales)...pijadas que se acumulaban con las que regalaban con los packs de yogures, por no hablar de los huevos de chocolate kinder y los que eran imitaciones..ah! y las calcomanías de los diminutos que recuerdo de algunos chicles...Y con cuatro cromos y cuatro tonterías ya nos entreteníamos ... y con el color rosa del pastelito de la pantera rosa, ya nos emocionábamos.
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