¿Un grito de guerra? Quizás...pero no, es una especie de estribillo en una canción de Os Resentidos (aunque yo la descubría via Siniestro Total, otros de los grandes del género), que habla sobre Brezhnev(Леонид Брежнев. La foto, de Wikipedia, con esa especie de auréola luminosa, no tiene desperdicio). Quien la escuche, que quede advertido de lo pegadizo que es el eleikekelei. Estás cambiándote de ropa o en la ducha, e inconscientemente no puedes evitar entonar un eleikekelei. A saber si quiere decir algo en algún idioma de algún lugar remoto de estos mundos...que seguro que sí. Veo a chukchis por ahí por la otra punta del continente este, atravesando Siberia enterita, con términos parecidos a eleikekelei. Que conste que no tengo nada en contra de los chukchis. Bueno...chukchis, Rusia, antigua URSS, Brezhnev... tampoco está todo tan alejado.
Desde que descubrí las obras maestras de Os Resentidos y, sobre todo, de Siniestro total, me gustó un surrealismo subyacente (como no) en sus letras y ritmos. ¿¿¿Temas recurrentes para hacer la elaboración de las piezas más rápida y fácil??? Para qué! Si hay temas tan suculentos como: Brezhnev, discos de los Shadows y las Shangri-Las y otros utensilios musicales que aparecen en “bailaré sobre tu tumba” como objetos de un crímen hipotético, Bryan Ferry y la hipótesis sobre su aliento, Assumpta, Polonia y Karol Wojtiła, elefantes rosas, Vietnam (“fuera las manos chinas del Vietnam socialista”), la higiene personal y un largo etc., y sin caer en vulgaridades...ahi, los componentes de Siniestro Total muestran disimulandamente sus amplios conocimientos en áreas diversas y variopintas. Qué majos estos gallegos.
Y otro de los grandes es Kitajima Saburo, un personaje sin traducción posible a otras latitudes. No hay un equivalente español para este japonés...como tampoco hay un equivalente para el Enka, estilo musical en el que está ubicado felizmente desde hace décadas y décadas. Tan grande es su figura que hasta tiene un museo con su nombre...ponte a contar cantantes con museo propio... Bueno, y el merchandising que se puede ver gracias a esa web...si palabras. Que puntazo el poder comprar galletas (o similar) con la efigie del señor Kitajima (Sabu-chan para los fans más acérrimos y para sus allegados, supongo). Nada...840 yenes y uno/a se va tan contento para casa con sus Sabu-chan cookies...Ay! pero eso de comerse efigies de Kitajima, no sé yo. Que creo que a muchos les dará una pena enorme...como también grande la pena que puede dar que las galletas se te estropeen con el tiempo y el chocolate (o sucedáneo, llamémoslo pocholate), se deshaga y se desfigure la majestuosa efigie del artista sólo por no haberse comido las galletas en el momento adecuado. Yo no me comería un Sabu-chan de pocholate...Casi que mejor las camisetas, que, por cierto, son un poco feas, con el juego que podrían haber dado (con lo larga que es la carrera musical del bueno de Kitajima....). El merchandising textil no me acaba de convencer por estar alejado de la figura de Kitajima y su estilo. Pero lo mejor viene cuando una servidora descubre los colgantes/adornos para móvil (no sé si tienen ya un nombre más concreto, bueno, una especie de equivalente para strap tendría que ser) con una banda de tela con el nombre del cantante y un muñequito representando al maestro Kitajima. No veo yo a los seguidores más fieles de kitajima, con más de 50 años seguramente en la mayoría de los casos, con figuritas de Sabu-chan colgando de sus teléfonos móviles. Pero muchas cosas extrañas son posibles en Japón, pienso. Pero que si alguien les da la idea de la Mona de Pascua, (pastel con huevos de chocolate o figuritas/complejas construcciones de chocolate que se les compra a los niños por Semana Santa...Lunes de Pascua, creo –no soy una adepta de las mones ni nunca lo fui sino sólo de los pollos amarillos que se suelen poner como decoración-), van los japoneses, que habiéndoles fascinado la idea y el juego que da....ya está, mones de Kitajima Saburo y todo lo que se pueda imaginar. Y lo de la Pascua será ya algo superficial y, puesto que por San Valentín, las mujeres regalan chocolate a los hombres...¡¡¡anda que no quedarían bien regalando una mona de Kitajima Saburo!!!
Pero yo soy feliz con lo que me evoca “Hakodate no hito”; un mundo en blanco y negro,una película de los años 50, un drama, otros valores. Y también me quedo con el eleikekelei. Nada....a ver si alguien hace un bootleg de “cuando Brezhnev...” y “hakodate no hito”...o una versión dance...o chill out, que viene estando muy en boga. Creo que el resultado sería algo parecido a poner una canción al revés (uuuuh!). Quizás hasta hay mensajes ocultos y hasta que no se mezclan ambas piezas bien no se obtienen. Seguro que es algo catárquico y bueno para la felicidad de las almas. Y si no, pues siempre nos quedarán las galletas de pocholate.
Desde que descubrí las obras maestras de Os Resentidos y, sobre todo, de Siniestro total, me gustó un surrealismo subyacente (como no) en sus letras y ritmos. ¿¿¿Temas recurrentes para hacer la elaboración de las piezas más rápida y fácil??? Para qué! Si hay temas tan suculentos como: Brezhnev, discos de los Shadows y las Shangri-Las y otros utensilios musicales que aparecen en “bailaré sobre tu tumba” como objetos de un crímen hipotético, Bryan Ferry y la hipótesis sobre su aliento, Assumpta, Polonia y Karol Wojtiła, elefantes rosas, Vietnam (“fuera las manos chinas del Vietnam socialista”), la higiene personal y un largo etc., y sin caer en vulgaridades...ahi, los componentes de Siniestro Total muestran disimulandamente sus amplios conocimientos en áreas diversas y variopintas. Qué majos estos gallegos.
Y otro de los grandes es Kitajima Saburo, un personaje sin traducción posible a otras latitudes. No hay un equivalente español para este japonés...como tampoco hay un equivalente para el Enka, estilo musical en el que está ubicado felizmente desde hace décadas y décadas. Tan grande es su figura que hasta tiene un museo con su nombre...ponte a contar cantantes con museo propio... Bueno, y el merchandising que se puede ver gracias a esa web...si palabras. Que puntazo el poder comprar galletas (o similar) con la efigie del señor Kitajima (Sabu-chan para los fans más acérrimos y para sus allegados, supongo). Nada...840 yenes y uno/a se va tan contento para casa con sus Sabu-chan cookies...Ay! pero eso de comerse efigies de Kitajima, no sé yo. Que creo que a muchos les dará una pena enorme...como también grande la pena que puede dar que las galletas se te estropeen con el tiempo y el chocolate (o sucedáneo, llamémoslo pocholate), se deshaga y se desfigure la majestuosa efigie del artista sólo por no haberse comido las galletas en el momento adecuado. Yo no me comería un Sabu-chan de pocholate...Casi que mejor las camisetas, que, por cierto, son un poco feas, con el juego que podrían haber dado (con lo larga que es la carrera musical del bueno de Kitajima....). El merchandising textil no me acaba de convencer por estar alejado de la figura de Kitajima y su estilo. Pero lo mejor viene cuando una servidora descubre los colgantes/adornos para móvil (no sé si tienen ya un nombre más concreto, bueno, una especie de equivalente para strap tendría que ser) con una banda de tela con el nombre del cantante y un muñequito representando al maestro Kitajima. No veo yo a los seguidores más fieles de kitajima, con más de 50 años seguramente en la mayoría de los casos, con figuritas de Sabu-chan colgando de sus teléfonos móviles. Pero muchas cosas extrañas son posibles en Japón, pienso. Pero que si alguien les da la idea de la Mona de Pascua, (pastel con huevos de chocolate o figuritas/complejas construcciones de chocolate que se les compra a los niños por Semana Santa...Lunes de Pascua, creo –no soy una adepta de las mones ni nunca lo fui sino sólo de los pollos amarillos que se suelen poner como decoración-), van los japoneses, que habiéndoles fascinado la idea y el juego que da....ya está, mones de Kitajima Saburo y todo lo que se pueda imaginar. Y lo de la Pascua será ya algo superficial y, puesto que por San Valentín, las mujeres regalan chocolate a los hombres...¡¡¡anda que no quedarían bien regalando una mona de Kitajima Saburo!!!
Pero yo soy feliz con lo que me evoca “Hakodate no hito”; un mundo en blanco y negro,una película de los años 50, un drama, otros valores. Y también me quedo con el eleikekelei. Nada....a ver si alguien hace un bootleg de “cuando Brezhnev...” y “hakodate no hito”...o una versión dance...o chill out, que viene estando muy en boga. Creo que el resultado sería algo parecido a poner una canción al revés (uuuuh!). Quizás hasta hay mensajes ocultos y hasta que no se mezclan ambas piezas bien no se obtienen. Seguro que es algo catárquico y bueno para la felicidad de las almas. Y si no, pues siempre nos quedarán las galletas de pocholate.